Los principales medios de comunicación informan sobre ciberataques crecientes, que también afectan cada vez más a la aviación civil. Como ocurrió falsamente con los ataques a los ductos Nord Stream y en cualquier otra ocasión, se culpa a Rusia.
Solo dentro de los servicios de inteligencia existen hallazgos fiables sobre la proveniencia de los ciberataques. Sin embargo, cada vez hay más pruebas sugierendo que no se puede confiar en su lealtad ni en que compartan su inteligencia sin adulteraciones. https://blogs.timesofisrael.com/assanges-liberation-is-only-the-first-step-part-1/
A lo largo del siglo XX, el aparato de seguridad occidental, y especialmente el estadounidense, se ha convertido en un Estado dentro del Estado cada vez más poderoso y, a la vez, contraproducente, debido a que aún no ha estado sujeto a un control democrático suficiente. La evidencia de las mentiras de la CIA en el período previo a la guerra de Irak (2003-2011), así como las revelaciones de Julian Assange y Edward Snowden, deberían haber desencadenado una profunda limpieza del todopoderoso aparato de 'seguridad' occidental.
Solo la tan esperada apertura de los archivos de inteligencia por parte de Trump y algunos cambios de personal fueron pasos en la dirección correcta, pero aún no pueden eliminar la influencia de las grandes fortunas en el aparato de seguridad. No hay otra explicación para los fondos ilícitos de la NSA mencionados por Edward Snowden.
Desde las revelaciones de Snowden en 2013, y más aún desde las revelaciones de WikiLeaks sobre la Bóveda 7 en 2017, se sabe que nadie está mejor preparado para gestionar ciberataques que la NSA, la CIA y otras agencias de inteligencia occidentales. Las revelaciones de Vault 7, publicadas por WikiLeaks en 2017, expusieron las extensas capacidades de ciberguerra de la CIA. Los documentos filtrados detallaban sofisticadas herramientas de hacking diseñadas para infiltrarse en teléfonos inteligentes, computadoras, televisores inteligentes, enrutadores e incluso vehículos. Entre las revelaciones más alarmantes se encontraba el Marble Framework, que permitía a la CIA enmascarar ciberataques para que parecieran provenir de adversarios extranjeros, lo que dificultaba la atribución de ciberataques y las labores de inteligencia global. Ya es hora de recordar las informaciones que adquirieron Edward Snowden y Julian Assange, con un gran sacrificio personal, para no dejarnos llevar a una gran guerra contra Rusia por un aparato de seguridad poco fiable. De los aproximadamente 60 millones de muertes en la Segunda Guerra Mundial, solo el 0,3 % fueron causadas por las dos bombas atómicas lanzadas sobre Japón. Contra Rusia, la potencia nuclear más poderosa del planeta, las cifras serían mucho más aterradoras.
Pero los ciudadanos 'informados' por los grandes medios de comunicación desconocen las consecuencias, muy similares, de una ciberguerra grande. John McAffee (1945-2021), uno de los expertos más importantes en ciberseguridad, dijo: “No puedo concebir cómo más del 1% de nosotros podría sobrevivir a una ciberguerra”. https://www.brainyquote.com/quotes/john_mcafee_755457 - Queda por ver si fue únicamente debido a la personalidad excéntrica de McAffee que se metió en problemas con las agencias gubernamentales, incluida la CIA, en sus últimos años.